CIUDADANO/A DEL MUNDO
- fjruizmo
- 27 dic 2017
- 2 Min. de lectura
Cuando escucho a alguien utilizar la expresión "Soy ciudadano del mundo", mi organismo suele reaccionar de la misma manera que cuando advierte la presencia cercana de una persona estúpida: en ocasiones una sonrisa amarga que apenas permito se exprese, cierta contrariedad igual de disimulada y, en el peor de los casos, unas arcadas relativamente llevaderas.
La expresión citada son equivalente a otras igualmente infantiles y snops como "desear la paz mundial", "la erradicación del hambre y las injusticias" o "la fraternidad entre los seres humanos".
Resulta sencillo sentirse "ciudadano/a del mundo" desde una ciudad más o menos grande, con un sueldo que permita ir cubriendo gastos, una salud aceptable y unos servicios públicos que ofrezcan relativa confianza.

También se puede ser muy cosmopolita cuando se vive en ciudades como Barcelona, Roma, Londres, París, Nueva York... Con grandes museos y monumentos arquitectónicos que forman parte del paisaje diario. Grandes urbes a las que acuden gentes de todo el mundo para disfrutar de sus tesoros.
En líneas generales, es fácil vivir en países occidentales y soltar "soy ciudadano/a del mundo". Pero el mundo es muy grande y va mucho más allá de ese "occidente". De hecho, la mayoría de territorios y sociedades no forman parte del mismo y, sin embargo, también son ciudadanos de mundo. Sí, porque cualquier persona es ciudadana de algún país y ése forma parte del planeta tierra.
Cientos de miles de personas recorren y mueren a diario los "caminos de la muerte"; esas sendas que, como venas abiertas, atraviesan el planeta ofreciéndoles llegar a tierras supuestamente ricas. Esas personas también son ciudadanas de algún país. Otras tantas sufren diferentes formas de esclavitud. Trabajos "forzados", esclavas/os sexuales, traficantes de drogas por obligación... Sí, porque en el siglo XXI continúa existiendo esclavitud.
Y en el mismo occidente donde viven esas personas que agitan la bandera de "la ciudadanía del mundo" se esconde -sobre todo para quienes se niegan a verlo- el denominado "cuarto mundo": la transposición de la pobreza, la miseria y la inhumanidad del "tercer mundo", dos calles más allá de los grandes centros comerciales, la tiendas de las marcas internacionales y exclusivas, y los órganos de decisión político-económicos.
Te consideras "ciudadano/a del mundo". ¿De qué mundo? ¿Cuál de ellos?
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