NECESITO EQUIVOCARME, MALDITA SEA

Mañana sábado, a las 16 h. se iniciará en el centro de Barcelona la que se prevé sea otra de las grandes manifestaciones que esta ciudad ha visto en las últimas décadas y la mayor en toda Europa como protesta contra la respuesta que la clase política está ofreciendo a la crisis humanitaria que se vive en el Mediterráneo. Una manifestación que tiene como lema: "Casa nostra, casa vostra"; nuestra casa es vuestra casa.

Será el segundo de los grandes actos, puesto que el primero tuvo lugar el pasado fin de semana en el Palau Sant Jordi, donde actuaron más de cien músico y asistieron quince mil personas.

Hasta aquí nada que objetar, todo lo contrario.

Sin embargo, en ese macroconcierto sí se observaron detalles que me hacen pensar y sentirme mal. Las palabras de Jordi Évole, la reacción del público asistente al concierto, la de los políticos al día siguiente y toda la polémica en las redes sociales, me lleva a pensar que la manifestación de mañana se va a teñir de un color de lo menos vistoso. Cuando Évole habló de las "competencias" y las "incompetencias", buena parte del público le silvó, cuestión que encontró eco y amplificación en medios de comunicación y redes sociales.

Parece que hemos llegado a un punto en el que criticar a los políticos catalanes supone criticar ese ente extraño e indefinido que es el denominado "procés" y, a renglón seguido, criticar a Catalunya o no ser suficientemente catalán o qué se yo. Sí, los políticos catalanes favorables al procés han conseguido la facultad casi bíblica de ser in-criticables, de ser la esencia de un pueblo y de un territorio, y -al mismo tiempo- sus líderes y sus mártires.

La manifestación de mañana puede ser un: "Nosotros queremos acoger a los refugiados pero la política española no nos lo permite", "Nosotros sí somos solidarios y vosotros no", "Nosotros somos diferentes a vosotros", "Nosotros no queremos ser como vosotros", "Nosotros... nosotros... y vosotros... y vosotros...".

Quiero equivocarme y pensar que no se van a utilizar las muertes de miles de personas como un combustible en el enfrentamiento al que nos han llevado los políticos y a los cuales se lo hemos permitido entrando en su juego.

Quiero estar equivocado. Necesito estar equivocado y el sábado por la noche no sentir asco.